SE AGITA EL GABINETE; VIENEN ENROQUES Y HAY PUGNAS POR SEGURIDAD…Por Salvador García Soto

El Presidente no ha definido quién se quedará a cargo de la seguridad, que es precisamente uno de sus talones de Aquiles por las pésimas cifras y resultados.
El presidente López Obrador prepara para las próximas semanas cambios y enroques en su gabinete derivados de las renuncias que presentarán algunos secretarios que irán a buscar un cargo de elección popular. Entre esos cambios el que más desata tensiones, pugnas y hasta golpeteos al interior de la 4T es la sucesión de Alfonso Durazo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que renunciará el próximo 30 de octubre para buscar ser el candidato de Morena al gobierno de Sonora. Hasta el momento el Presidente no ha definido quién se quedará a cargo de la seguridad, que es precisamente uno de sus talones de Aquiles por las pésimas cifras y resultados que deja Durazo con más de 65 mil muertos en los 23 meses que lleva este gobierno, aunque ya hay varios tiradores que se mencionan para ocupar esa posición.
De entrada, lo que se puede dar por descartado es que el Presidente vaya a proponer a un militar para ocupar la SSPC, primero porque es la única posición civil que queda en su estrategia federal de seguridad totalmente militarizada y copada por el Ejército y la Marina, que controlan la Guardia Nacional y son la primera línea de acción aún sin resultados que puedan presumirse en el combate al crimen organizado y al narcotráfico, y segundo porque tras la detención y encarcelamiento en Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos, acusado de delitos de narcotráfico y lavado de dinero, los militares están fuera de cualquier posibilidad de ser llamados a ocupar la Secretaría de Seguridad.
Pero entre los que sí pueden y quieren ocupar una posición nada envidiable, están los actuales subsecretarios Leonel Cota Montaño y Ricardo Mejía Berdeja, que son los dos más cercanos a Durazo y, especialmente el último, al que se ha visto muy activo y movido con el conflicto en Chihuahua por el agua lo que lo ha acercado al ánimo del Presidente. Otro candidato natural de la actual estructura de la SSPC es Manuel Espino, actual Comisionado del Servicio de Protección Federal y quien no es mal visto por López Obrador.
Fuera de la Secretaría se barajan otros nombres, algunos incluso a contracorriente de los propios mencionados, que sin querer estar en esa lista aparecen como posibles secretarios de Seguridad. Es el caso del director de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, a quien se menciona con insistencia, aunque él expresa que no tiene particular interés en llegar a esa posición y estaría más bien evaluando la posibilidad de ir como candidato al gobierno de Querétaro, “si es que me lo pide el Presidente”, según ha dicho el funcionario de Hacienda. Otro nombre al que encartan sin ningún sustento para la Secretaría de Seguridad federal, es el de Omar García Harfuch; el secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX ha dicho en todos los tonos posibles que no le interesa dejar su actual posición, pero aún así ha sido de los más golpeados con ataques y señalamientos en los medios de grupos de la 4T que lo perciben equivocadamente como una amenaza si llega a hacerse cargo de la seguridad federal.
La propia jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha comentado en corto y en declaraciones a los medios que ella quiere que García Harfuch siga en su equipo y al frente de la seguridad capitalina, donde le ha dado resultados. “Yo pienso que Omar está muy contento aquí en la ciudad”, dijo Sheinbaum, quien descarta que su secretario esté buscando moverse al gobierno federal.
Y hablando de golpeteos, otro al que mencionan incluso algunos grupos de la 4T para ocupar la posición de Durazo es el canciller Marcelo Ebrard. Fuera de toda lógica y del interés del propio Ebrard Casaubón, hay grupos al interior del gobierno que deslizan intencionadamente el nombre del canciller y piden no descartarlo como un posible secretario de Seguridad. “Marcelo tiene experiencia en ese cargo, dio buenos resultados y el Presidente no lo vería mal”, comentó ayer un alto funcionario de Palacio Nacional, identificado con los grupos más duros de la 4T, que pedía no descartar al actual canciller.
Pero cercanos al secretario de Relaciones Exteriores niegan rotundamente que Ebrard tenga interés alguno en dejar la cancillería, en donde tiene un papel preponderante en esta administración y es prácticamente el responsable de la política exterior y de la estratégica relación con los Estados Unidos. “Justo en momentos en que se está definiendo la sucesión estadounidense y de que no se sabe si habrá reelección republicana o ganarán los demócratas, ¿por qué el Presidente querría sacar al hombre que le garantiza mantener en buen nivel la relación gane quien gane la presidencia de Estados Unidos?”, se preguntó un funcionario de la cancillería.
Así es que con la salida de Alfonso Durazo, que va a buscar el gobierno de Sonora con una carta de presentación muy cuestionable por sus nulos resultados en el mejoramiento de la seguridad de los mexicanos y un incremento brutal de la violencia del narcotráfico y sus masacres en todo el territorio nacional, vendrán cambios y reacomodos en el gabinete. Veremos a quién le encarga el Presidente esa posición en la que su gobierno no ha dado buenos resultados ni ha cumplido sus compromisos de campaña de que iba a pacificar al país y a terminar (primero dijo en 100 días, luego en 6 meses, después en 1 año y ya vamos por el segundo año) con la brutal violencia del narco y la inseguridad que padecemos los mexicanos. /www.eluniversal.com.mx